Hoy voy a ir, o volver, hacia el otro costado; a la perspectiva del mundo.
Probablemente, decir que "en menos de cien años destruimos lo que la naturaleza tardó millones de años en construir" suene un poco pesimista; pero es la triste realidad. No es extremista, ni tampoco lo es decir que en poco tiempo podemos llegar al caos total.
Mientras ellos ríen y se bañan en copas de cristal cargadas de champagne, el resto de los seres vivos son desplazados.
Ellos viven su falsa realidad, porque la misma naturaleza transformada los logró engañar.
Es triste que sigan aplicando el "mientras no lo sienta, no me interesa". Pero peores son los que lo sintieron y con el tiempo se olvidaron de todo; los que dejaron todos sus ideales y patearon a favor al final.
Y más triste es tener voz y callar.
Algún día se los van a cobrar...
Fin de este blog.
